Tenía el aspecto de un funeral y acabó siendo un bautizo. Un renacido Mariano Rajoy compareció ante el Comité Ejecutivo del PP para plantear un adelanto a junio del Congreso del partido, previsto inicialmente para septiembre, y para anunciar que él y su equipo se presentarían a la reelección. ¿Que cuál será su equipo? Alto secreto.
Del PP puede esperarse cualquier cosa en cuanto a resolución de crisis pero lo del martes superó todas las previsiones. En menos de hora y media, sin una sola autocrítica y sin que nadie mencionara la palabra derrota, los cargos orgánicos y electos de los populares extendieron ante Rajoy un alfombra roja para que la pisara a su antojo. Tal fue así que tuvo recordar a los allí reunidos una aparente obviedad: que cualquiera podría competir con él por el liderazgo.
La reunión comenzó con una cerrada ovación a Rajoy, que se permitió sembrar ciero desconcierto al iniciar su intervención en tercera persona, como si quisiera dar a entender que abandonaría el cargo. Pero sólo se trataba de una boutade.
Candidato en 2012
Después fue al grano y afirmó que se presentaba a la reelección para ser el candidato a la presidencia del Gobierno en 2012, y porque era lo mejor para España y para el PP. No dedicó ni una palabra a analizar los resultados porque, como dijo después, tocaba tomar las decisiones más urgentes.
Se abrió un rapidísmo turno de intervenciones, a mayor gloria del líder. Habló Esperanza Aguirre para subrayar que tanto la organización de Madrid como ella misma estaban con Rajoy, y que su continuidad era la mejor decisión para el partido que podía tomarse.
Preguntado después si se sentiría cómodo en una liza con Aguirre, Rajoy fue lacónico: "A mis años me siento incómodo con pocas cosas".
También intervino el alcalde de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón, con un mensaje dirigido a algunos supuestos líderes de opinión que pedían que Rajoy abandonara el barco. "El guión del partido debe escribirse desde dentro", señaló.
De su anunciada reflexión tras la que decidiría si continuaba en la alcaldía nada se sabe, salvo lo que el martes dijo Rajoy: "Siempre pensé que iba a seguir en política".
Intervinieron Acebes, Arenas y el catalán Sirera para hacer lecturas de los resultados y hasta el valenciano Camps, para decir que, ya que el Congreso se adelantaba a junio, que se hiciera en Valencia. Significativamente, el hasta ahora portavoz parlamentario, Eduardo Zaplana, optó por el silencio.
Un equipo secreto
"Anunciaré mi equipo el día antes de la votación en el Congreso". Fue la insistente respuesta de Rajoy quien, según explicó, se dispone a iniciar el enésimo viaje hacia el centro político con el objetivo de arrebatar votantes al PSOE.
"Hay gente que más que votar al PSOE ha votado para que no gane el PP; nos empeñaremos en que no lo haga", explicó.
¿Tienen sitio Acebes, Zaplana y el resto de dirigentes heredados de la etapa de Aznar en ese viaje? Esa es la cuestión.
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